—El señor no está en casa. Ha huido esta mañana, señora.
— ¿Que ha huido? ¿De quién?
—De un marido. De un marido que quería matarle.
— ¿Pero todavía hay maridos que matan?
—En las grandes ciudades, no, señora; pero éste es beniano, donde todavía matan. Al señor sólo le dio tiempo de coger el auto, para irse a Asunción; pero la prueba de que ama a la señora está en que me encargó que la dijese que, hasta las cinco de la tarde, esperaba a la señora en la carretera, kilómetro 156
— ¿Qué dice usted?
—La verdad, señora.
— ¡Dios mío! Pero ya son más de las diez...
—Sí, señora...
—Me estaba temiendo algo. No he hecho más que mezclarme en su vida, y ya se ve perseguido y huyendo...
—Sí, señora.
—Y aún tengo que ir a casa, buscar ropa... ¡Con tal que llegue a tiempo! ¿Ha dicho kilómetro 156?
—No, no. Doscientos, doscientos cincuenta y seis, señora.
—Sí, sí...
—Pero si el señor no estuviera ya allí, le aconsejo a la señora que siga hasta Asunción
— ¡Qué talento!
—Práctica, señorita, nada más que práctica. Prepare el desayuno del señor... Yo voy a despertarle...
Jajaja como te lo montas canalla. Vaya historias tan rocambolescas, casi todas relacionadas con el sexo y el triquitraca Algo que muchas resultar difícil desmembrar.
ResponderEliminarAbrazo Chaly
Jajajaja es un boudeville en toda regla
ResponderEliminarmenos mal que no dijo kilometro 69
ResponderEliminar:P
Ese mayordomo no tiene precio.
ResponderEliminarCada vez que convenzo más que eres terrible !!!
ResponderEliminarde terror es el señor jajajaaaaaaaaa
besos y sonrisas