—Sabes que no tolero las segundas ediciones y lo que te he dicho es la verdad.
—Pero, ¿la verdad verdadera?
—La verdad verdaderisima.
— ¿Y no tienes nada más que decirme?
—Sí. Tengo que decirte que no insistas; que el amor, es como la mayonesa: cuando se corta, hay que tirarlo y conseguir otro nuevo.
—Está bien. Me voy. Pero oye... Tú podrás estar muy acostumbrado a jugar a tu antojo con las mujeres, pero que se te quite de la cabeza la idea de que también vas a jugar conmigo, porque yo no soy un "yoyo” Abajo, está mi marido, que le he dicho que esperase, que venía al dentista... Pero ahora le voy a explicar la clase de dentista que eres tú, y la clase de consultas celebradas entre tú y yo, ¡con lo cual me figuro que el único que va a empezar a estropear dentaduras va a ser él! ¡Y además es capaz de hacerlo como lo hizo a Gumersindo Peralta! ¡Es capaz de todo!
Que mal perder .. tan malo que perderá a los dos "dentistas"
ResponderEliminar:B
Besos
lo que un dolor de muelas hace, los dentistas lo hacen con los dientes
ResponderEliminarsobre todo enojados
:O
Vaya. Parece que me he perdido 545 posts muy interesantes. Prometo subsanar esta falla cuanto antes. Y estoy de acuerdo en lo de la mayonesa; lo de los amores ya es más subjetivo, pero en fin...
ResponderEliminarNo sé si te das cuenta que la que le ha puesto los cuernos a tu marido eres tú.
ResponderEliminarTe diré que la mahonesa se arregla echándole huevos, igual que el amor, al que hay que echarle muchos huevos.
ResponderEliminarPues nada, que se peleen y se partan los dientes; así al menos nos distraemos. Joder cómo me gusta a mí la mayonesa.
ResponderEliminarAbrazo Chaly
Todo por una casquivana.
ResponderEliminarBeso