—Las tiene locas a todas. Yo cada vez admiro más al señor.
—Pues no me admires ni me envidies, porque no soy feliz. Empiezo a darme cuenta de que coleccionar mujeres es tan absurdo como coleccionar estampillas, con la desventaja de que al final nadie te compra la colección. Este oficio es muy pesado…
—Sí, señor. Debe ser pesadísimo. En cuanto a mi opinión personal, es que el señor vive demasiado bien para ser feliz.
— ¿Tú crees?
—Seguramente. El señor necesita un accidente.
— ¿Automovilístico?
—Cardíaco. El señor necesita enamorarse.
— ¿Tú crees que yo puedo enamorarme?
—Sí, señor.
—Y si yo te dijese: "Tengo la sospecha de estar enamorado", ¿lo creerías también?
—También, señor.
—Y la verdad es ésa. La triste verdad es que entre todas las mujeres que han pasado por mi vida, ha habido una a la que no he podido olvidar y de la que no he vuelto a saber nunca más. Era pelirroja y tenía ese "no sé qué" que se nos mete en el corazón no se sabe cuándo, que se nos agarra “no se sabe cómo”, que nos incita “no se sabe a qué” y que nos arrastra “no se sabe adónde”. ¿Te enteras?
—Es difícil, pero, sí, señor.
—La amé, la archivé y la olvidé, como a tantas otras; pero un día el recuerdo de aquella mujer comenzó a rondarme, y desde entonces sólo vivo para su recuerdo, la busco inútilmente en las demás y no tengo más esperanza que volver a encontrarla de nuevo. Y desde entonces también, el nombre de ella no se borra jamás de mi imaginación. ¿Sabes qué nombre es ése?
—Abril.
— ¡Abril! ¡Abril, sí! Pero, ¿cómo has podido adivinarlo?
—Ya hace tres mañanas que cuando entro a despertar al señor, el señor me coge por las solapas y, exclamando "¡Abril amor mío!", me da un beso...
— ¡Qué! ¿Que yo te doy un beso?
—Un ardiente beso, señor.
— ¡No es posible!
—Sí, señor.
—Pero, ¿y cómo no me lo has dicho hasta hoy?
—Señor, uno tiene sus pudores...
— ¡Es el colmo! ¡El colmo! ¡Haber dado un beso a un hombre!...
—Tres, señor, tres
— ¡Haber dado tres besos a un hombre! ¡Yo! ¡¡Yo!! Te juro que eres tú el primer hombre a quien beso.
— ¡Qué feliz me hace el señor con sus palabras!
Jajajajajajajaja, un final apoteósico.
ResponderEliminarjajajajajaja =))))
ResponderEliminarbuen finde Chaly!
Por eso a los fantasmas del pasado hay que mantenerlos incólumes a través de los recuerdos.
ResponderEliminar:)
Jajaja, muy bueno !
ResponderEliminarPor nuestro bien, pido a las hadas de la inspiracion que nunca te abandonen.
Así, con un malentendido, empiezan a veces las buenas historias de amor, las que duran. Que sean fellces.
ResponderEliminarGracias por las risas ;)
ResponderEliminarEl pobre todo contento por haber sido el único hombre besado. Muy bueno.
ResponderEliminarJajaja. Bienvenido a mi blog siempre que lo desees y gracias por tu comentario en él, que me condujo hasta aquí.
ResponderEliminarUn saludo
Jajaja. Bienvenido a mi blog siempre que lo desees y gracias por tu comentario en él, que me condujo hasta aquí.
ResponderEliminarUn saludo
:))
ResponderEliminarnada como sentirse deseado...
Bss, Chaly.