martes, 31 de enero de 2017

871: la camarada

Sí, preciosa, es un motel, algo como un hotel pero sin h, es decir sin sonido, silencioso, eventual, fugaz, como quien dice; sí, es el primero en la ciudad, no, no se está prostituyendo, la ciudad no se está prostituyendo, no exageres, son los años setentas, está creciendo nomás pero ya no pienses en eso y deja de espiar por las puertas, no toques los botones, ese es el timbre, vamos, desvístete, sí, es un bolero, ¿de quién?, creo que es Leo Marini, ven, ven, déjame acariciarte, sí, más tarde, recién estamos en abril, todavía hay tiempo, lo escribiremos más tarde, deja de caminar por favor, para qué has traído el libro, dame acá, negra miedosa, maricona, buscas pretextos, palabras, recuerdos y seguramente te está doliendo el estómago, la cabeza, las pestañas, las uñas, por no enfrentar tu esencia y empiezas a charlar, a buscar en el lenguaje de la perorata, el escudo que te tape el cocho, las ganas, el deseo, a platicarme cosas que yo creo que están un poco más allá de tu realidad, que son mentira, pero tú dale y dale, sigues sosteniéndote en lo mismo, con un afán desgastado de hablar siempre de lo mismo, que las contradicciones y la clase obrera, apabullándome un poco, a mí que en este momento estoy desnudo, entonces te digo que te dejes de vainas y te dediques a lo que vinimos, quiero decirte también que tengo frío y que de tanto oírte sobre las hojas volantes se me han volado las ganas, y ahora será difícil que anime a este inanimado compañero que yace en el centro de mí, como si dijéramos a la expectativa, esperando una provocación explícita que no llega, porque tú sigues tratando de clarificarme lo que piensan los maoístas de tu facultad, diciéndome que ellos no piensan nada y que ustedes sí, que ustedes tienen la verdad, que el socialismo, pero negrita, a qué vinimos. Porque está bien que tengas a Lenin de libro de cabecera pero eso no quiere decir que lo tengas también en mi cama, aquí no cabemos tres, a la final nos vemos cada nunca, está bien todo, como tú quieras, como tú digas, la izquierda tiene cincuenta y cinco fracciones, no era eso lo que pensaba Marx, aficionada, y ahora tengo frío, por lo menos déjame unas cobijas y no escondas la cara, no, nadie nos espía, es el parlante, no, esa es una ventana por la que yo tengo que pagar cuando salgamos de aquí, no, no parece un establo, es un motel, el primer motel de la ciudad, ya te dije, y es lo más simple del mundo, no hay espías, ni nada, solamente hay gente que se hace el amor, gente que se ama, aunque sea un momento, tampoco estoy agitado pero creo sin embargo que es suficiente, qué te parece si pido dos tragos más mientras tú redactas la hoja para el primero de mayo, pero cúbrete un poco, allí en mi saco hay un esfero, espera te voy a pasar papel higiénico, no, no se borra, tienes que doblarle en varias partes, yo he escrito allí algunos poemas, cúbrete, ahora ya no hay cómo hacer nada, estoy diseminado, tránsfuga, helado, desgraciado, cohibido, ajeno, viejo, pero si no estoy haciendo ruido, además, qué importa, ja, tu sonrisa desnuda es tu mejor sonrisa, vestíte, vestíte, vamos, me estoy emborrachando, entumeciendo, entristeciendo, encasquetando, y ahora que se ha ido la luz te atreves a tocarme, a deslizar tu mano de terciopelo, ahora me besas, pasas tu desnudez sobre mi barba como el viento sobre el trigo, me besas en el pecho y te dejas mirar. no sé por qué me siento arrinconado y creo que peleo con alguien. con gran esfuerzo mi viejo amigo responde a tus caricias, luego cabalgas sobre mí, eres una amazona a trote lento, no sé por dónde haces nudos, me pones zancadillas, te viras nuevamente, reptas, tu lengua lengüetea, gime, te bajas del caballito y otra vez tus ojos atónitos, lúbricos, te tapas de los pies a los cabellos y dices algo sobre preservativos, sobre hijos abandonados, pero yo no tengo, yo no uso, yo no quiero, son como las flores de plástico, ¿te gustaría que te regale un girasol de plástico?, ¿qué te bese con una lengua de plástico?, y bueno, la sociedad, claro que está mal hecha, pero todo está mal hecho, y dios, dejé de creer en dios el día de mi primera comunión, entonces no te parecería si por lo menos esto lo hacemos bien, sí, a mí me da mucho dolor ver tanta gente pobre, ¿cuántos?, yo qué sé cuántos pero me imagino que muchos, miles, sí, millones, mientras los dos estamos aquí, pero tú ¿quisiste o no?, bueno, si por lo menos hubiera luz, cuando se acabe la vela nos vamos, igualito, claro, como en el doctor zhivago, sí la vi, la vi dos veces, sí, yo también creo que estaba mal planteada, la amante se parecía mucho a mi mujer, y lo que el viento se llevó, nada, una porquería, solamente el color, ¿qué tipos no?, son unos puercos, y viste cómo asoman esos negros elegantísimos, hijos de puta, nos dan en pastillas lo que les da la gana, no te alteres, yo también creo eso, burgueses de mierda, quién eres tú, quién eres, los manotazos de luz te rozan la espalda, tienes espalda de ladrón, de esos ladrones delgados y tortuosos que se meten por las barandas de las residencias, no, un hijo nunca, y ahora qué hacemos, aquí venderán, ¿no? no, aquí no venden, tus manos alargándose hacia un deseo que no encuentra respuesta, pero no, no es mi complejo machista, tu escalofrío hace contacto con el cigarrillo que por enésima vez se consume como esta época de consumo, si lo mismo, tú tienes razón, nos obligan a comprar majaderías, no aquí no venden, en definitiva nos obligan a venir acá, qué carajo, cuando se acabe la vela nos largamos, pero vámonos a ver cómo se apaga, lo pusiste en el rincón más distante, ven aquí, arrodíllate así, no, no, pon los pies así, sí, yo tengo uno o dos libros sobre eso, te pueden servir, creo que explican el derrumbamiento económico de alemania después de la segunda guerra mundial, no antes, no, yo no me baño con este frío, pero el agua está caliente, vení, y bueno pero no puedo mojarme el pelo. mamá. tómate este trago te puedes resfriar, pero eso ¿ya no lo dije?, qué te pasa, no, no preguntes así, qué no te pasa, por qué me pasa todo, me sucede todo, me aplasta todo, sécame la espalda, no, ese es lunar, déjale tranquilo, no hay como sacar, lo tengo desde chico, te digo que no, eso duele, apaga la vela, vamos.

4 comentarios:

  1. Acabo de leer una entrada que acaba como tú has acabado la tuya, pero son totalmente distintas... la ductilidad de las palabras, unas retratan cómo pasa la vida y la otra de amor??? y política.

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  2. Impactante; no sé de dónde sacas tanto tiempo, para escribir tanto y tan bien.

    Abrazo Chaly.

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  3. Muy buena entrada, al leer los tiempos se cruzan en cualquier lugar de uno mismo.
    Saludos gracias por llegar a mi blog. No leemos.

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  4. «pero no puedo mojarme el pelo. mamá»... ¿Quién es? ¿Norman Bates?
    Es un monólogo muy perturbador.
    Saludos.

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