martes, 27 de marzo de 2018

0179: ¿dónde está el límite?


Lo sorprendente para algunos vecinos es que hoy, cuando nadie está obligado a matrimoniarse para vivir de por vida en el matriqui, cuando hay múltiples planteamientos distintas relaciones, haya gentes que se planteen ser infieles.
Ser infiel hoy es más propio de personas que se sienten en la obligación de estar casados sí o sí y no son capaces de vivir solo con su mujer, o de vecinos inmaduros, que engañan de igual manera que de pequeños mentían a sus padres
Ser infiel dice mucho de una vecina, de su capacidad de respetar, de comprometerse, de elegir, de saber terminar una relación de manera elegante...
Si va a engañar, mejor que no se comprometa con nadie, y menos en nombre de la tan manida libertad.

Lo que está claro es que nadie quiere los cuernos: unos porque son los cornudos, y otros, quienes la comenten, porque saben que, en el fondo, no están haciendo bien.
En opinión de una vecina, una infidelidad se considera tal siempre que los coitos produzcan daño en el cornudo. Aun así, el límite es muy subjetivo. Depende de cada matriqui, de su contexto, de lo que hayan acordado entre ellos, de si están en crisis... Por lo general, cuando el coito es malo y uno de los dos se tira a una vecina, se tiende a relativizar porque, en cierto modo, resulta más comprensible. Sin embargo, cuando la pareja se lleva bien y se descubre un desliz o, simplemente, se tiene acceso a mensajes de tonteo telefónico de uno de los dos, es muy difícil de aceptar por la que se siente engañada porque no puede comprender que algo así haya sucedido, lo que es muy posible que lleve a una ruptura. Las heridas emocionales son muy dolorosas y complicadas de cicatrizar.

No obstante, explica que aunque muchas vecinas tiendan a asegurar que las nuevas tecnologías favorecen la infidelidad, no es así. Las nuevas tecnologías son solo un instrumento más, pero que ponen de manifiesto nuestras habilidades (o falta de ellas), como la asertividad, para saber decir "no" a un tonteo o relación con una vecina. Las vecinas que no saben marcar límites o cortar una cadena de mensajes de este tipo, nunca deben entrar en este juego porque puede resultar peligroso.

En la infidelidad, no hay grados. O se es infiel o no se es. Y todo depende de los valores de cada uno, de lo que se esté dispuesto a admitir y, sobre todo, de si se está haciendo daño a su peoresnada.
Existen relaciones liberales en las que no les importa que ella se bese o tenga coito con un vecino, mientras no se implique emocionalmente, porque así lo han acordado entre ellos. Hay casos, incluso, en que cuando el tiene problemas para lograr que ella tenga orgasmos, da su permiso a su mujer para que tenga coito con quien desee y cubrir esta faceta que él no satisface. Por tanto, es una cuestión muy íntima de cada relación porque si se ha hecho daño a la pareja, es que hay infidelidad, y ese daño no tiene justificación.

También matiza que, cuando se ha cometido una infidelidad, hay parejas que, a pesar de ello, deciden continuar juntos. No hay que olvidar que un matriqui es un proyecto de vida que incluye muchas facetas como la familiar, la económica, la personal, la social... Dependiendo de lo que uno esté dispuesto a renunciar —un estatus económico, unas relaciones sociales consolidadas, hijos...— se tomará finalmente la decisión de acabar o no con la pareja que le ha sido infiel. Por eso, no hay fórmulas únicas para abordar una infidelidad porque cada caso es diferente y único.

2 comentarios:

  1. Se es infiel o no, no sé cómo sería eso de te he sido medio infiel...

    Besos

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  2. Es difícil hablar sobre esto, porque pueden haber tantas razones, tantos motivos..

    Pero a nadie le gusta ser engañado, siempre es mejor la verdad...

    Hay veces que si la pareja no se entera la relación puede seguir con normalidad; pero enterándose... Yo creo que aunque perdonaría no olvidaría nunca y noo lo podría superar...

    Muchos besos.

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