— ¿Cómo va tu casamiento?
—Mal, tío, nadie me agrada
— ¿Qué te ofende?
— Tener mil faltas.
— ¿Qué faltas?
— Me trajeron un calvo.
— ¿Qué importa la calva?
— ¿Qué importa? ¡Eso es muy bueno! ¿Piensas
que yo soy tan santa que ver quiera a todas horas calaveras en mi casa? Yo para ver calaveras en mi vida me casara,
que a tener tal devoción me hiciera monja descalza.
— Era muy rico.
— Bien quise asir la ocasión, estaba sin
copete por la frente, como si estuviese de espaldas.
— ¿Por qué dejaste a Gualberto?
— Por casi nada, fáltale un ojo.
— ¿Qué importa, si se le pone de vidrio?
— Había muy gran riesgo: que si ese hombre
jurara como a mis ojos te quiero, si le costaba el de vidrio dos pesos, en
otros tantos mi amor y vida estimaba. Si me llamaba mis ojos eran dos pesos mi
tasa: y tampoco yo podía llamarle mis ojos.
— Calla.
— ¿Pues no veis que fuera falso? Mas si
la verdad buscaba, y le decía mi ojo fuera una pulla.
— ¡Qué gracia! ¿Qué dirás del brasilero?
— Aquellas barbas negras, cerdosas, y espesas
en un hombre que empalaga con su amor almibarado, me pondrían en la casa
continuamente una cruel penitencia, y una mordaza.
— ¿Y el ganadero ricacho?
— Tenia grandes los pies.
— ¿Esa es falta de importancia?
— No, madre, que sobra era, y temí si se
enojaba, que me rompiera el culo si me daba una patada. Le vi algo negras las uñas, y
tener no me agradaba por bruto a un marido.
— ¿Y no las tenía blancas el collita
aquel?
— Yo no quiero ser palomitay. Quiero
llamarme mi nombre.
— Rara eres por Dios. Mas dime, ¿en qué
hallaste falta en Luis, mozo y galán, cuyo pecho ostenta el lagarto de Santiago?
— Calle, madre, que me espanta, ¿no dicen
que las mujeres a sus maridos abrazan? Con un lagarto en el pecho en mi vida le
abrazara.
— Sobrina, llamase así aquella cruz
colorada, que es espada y no lagarto.
— Bastaba la semejanza, para matarme de
miedo ¡Jesús!
— Pues sobrina, si ninguno te agrada, y
la edad se pasa como la flor, tiempo viene a quien, le tiene y le aguarda, en
que después se arrepiente.
Fuente: La dama melindrosa
En estos actos cada cual cuenta la fiesta según le va.
ResponderEliminarMuy gracioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya al leer el título llegué sonriendo. Me marcho con la sonrisa puesta amigo.
ResponderEliminarMuy divertido leerte Chaly
Besitos :)