— ¡Hola compadre! ¿Qué le pasa que lo
veo pensativo?
—Es que me dijeron viejo cornudo.
—Tranquilo compadre, si no estás tan viejo.
—Es que me dijeron viejo cornudo.
—Tranquilo compadre, si no estás tan viejo.
-Cielo, ¿con cuántas mujeres has
dormido?
- ¡Contigo nada más!, porque las otras no me dan sueño.
- ¡Contigo nada más!, porque las otras no me dan sueño.
— ¿Tú después de tener sexo, hablas
con tu marido?
—Sí tengo saldo… lo llamo.
—Sí tengo saldo… lo llamo.
-Caperucita, te voy a dar un beso donde
nadie te lo ha dado antes.
-Uy, pues tendrá que ser en la canastita.
-Uy, pues tendrá que ser en la canastita.
-Mamá, mamá... ¿me puedo comer un
hielito?
- Bueno hijo, te puedes comer un hielito.
Al rato:
- Mamá, mamá, ¿me puedo comer un hielito?
- Bueno hijo, te puedes comer un hielito.
- Mamá, mamá, ¿me puedo comer otro hielito?
- Mijo si te sigues comiendo los hielos, tu hermanito va a llegar descompuesto a la funeraria
- Bueno hijo, te puedes comer un hielito.
Al rato:
- Mamá, mamá, ¿me puedo comer un hielito?
- Bueno hijo, te puedes comer un hielito.
- Mamá, mamá, ¿me puedo comer otro hielito?
- Mijo si te sigues comiendo los hielos, tu hermanito va a llegar descompuesto a la funeraria
Jajajaja
ResponderEliminarJajajajaa.
ResponderEliminarSientan bien siempre las risas sí,
aunque el último chiste la madre de dios!!! jajajaj
Besos
Jajaja tremendo, todo buenísimos, pero el final es de traca, que barbaridad. Viene bien estas risas, que no tiene uno el cuerpo para echar cohetes.
ResponderEliminarAbrazo Chaly.
Jajaja, muy buenos.
ResponderEliminarGracias por hacernos sonreír.
Muchos besos, Chaly.