A pesar de encamarse con las estrellas
más hermosas de Hollywood, apostaba también por la mentalidad de “cualquier
agujero es trinchera”. Durante el rodaje de El último testigo, una becaria
recordó que el camerino del actor era un no parar de chicas entrando y
saliendo. “Algunas de ellas no eran especialmente atractivas, sobre todo
teniendo en cuenta que él estaba saliendo con Julie Christie, quien le visitaba
cada fin de semana. Algunas de aquellas chicas eran regordetas, otras tenían
bigote o granos”.
Durante una cena con Jane Fonda, empezó
a echarle miraditas a Joan Collins, sentada en una mesa cercana. El y la Collins iniciaron una relación que la actriz
británica se vio obligada a terminar para proteger su integridad física. “No podía aguantar ese ritmo más ¡Es que
nunca para! Será por todas esas vitaminas que toma. Si hubiera seguido, en
unos años habría acabado consumida”, cuando le preguntaron a Joan si era
cierto que hacía el amor siete veces diarias, ella respondió “quizá él sí, pero yo sólo me limitaba a
estar ahí tumbada”.
Durante el rodaje de Isthar, Fran
Drescher recordó que el e Isabelle Adjani le propusieron un trío, que ella
declinó amablemente. No había rodaje en el que él no diese escarceos
escandalosos, por culpa de una vida sexual que, desde su primera película con
Natalie Wood, protagonizó tantos titulares como su trabajo. Su fama de fucker era
tan fascinante que Shampoo, en la que interpretaba a un peluquero que se
acostaba con todas sus clientas, le coronó como el Casanova posmoderno
definitivo. La admiración que despierta, a años luz de las críticas que recibe
hoy Taylor Swift por hacer lo mismo, sigue erigiéndose como la narrativa
favorita de los medios de comunicación: tras 25 años de matrimonio estable
con Annette Bening, le siguen preguntando por su vida sexual. Él ha sido
claro: “No, no me he acostado con casi 13.000 mujeres, eso habría significado
no solo que hubo más de una persona en el mismo día, sino que no repetí con
ninguna”.
Todas las mujeres que se han acostado
con el guardan un gran recuerdo de aquellos encuentros. La actriz Britt Ekland
describió que nunca había sentido un placer semejante, “podía manejar a las mujeres con la misma
destreza con la que llamaba al ascensor”. Sin embargo, muchas de ellas
salieron escaldadas.
La actriz Joyce Hyser acabó en terapia
por su relación. “Mi terapeuta intentaba
convencerme de que esa relación era un error y de que lo abandonase y el
decidió ir a una de mis sesiones de terapia. En 10 minutos, él se adueñó de la
sesión y mi terapeuta me decía ‘¿pero por qué quieres dejarle?’: mi terapeuta
se había enamorado perdidamente”.
Hasta su hermana, Shirley MacLaine, ha
bromeado sobre su fuego sexual: “yo fui
candidata para protagonizar Bonnie & Clyde, pero en cuanto él se unió
al proyecto, me echaron. Habría sido una película incestuosa, pero la verdad es
que me encantaría hacer una escena romántica con él, a ver si entiendo a qué
viene tanto revuelo… yo por si acaso mantengo a mi hija lo más alejada de
su tío”
Y será que en las distancias cortas gana mucho, pero siempre le tuve yo una "tirria" a Warren Beatty, nunca fue, santo de mi devoción.
ResponderEliminarBesos
O como vulgarmente se dice. Hoyo aunque sea de pollo :S
ResponderEliminar:) Siempre me sacas una sonrisa al leerte.
ResponderEliminarBesitos