lunes, 11 de junio de 2018

0220: “Ti, ti...”


Estás caminando tranquilo, pensando en tus cosas, por alguna calle de la ciudad y de pronto: “tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii”. Chau concentración. 
¿No te dan ganas de darle un cocacho o mínimamente mandar a la mierda al conductor que toca la bocina sin ningún motivo? Yo le echo al menos una mirada lanzallamas para expresarle mi empute.  

Da la impresión de que a pocos importa que la contaminación acústica sea un caso de salud pública que causa estrés, presión arterial alta, ansiedad y otras consecuencias.  Sin embargo, no lo entendemos así.

Por el contrario, hemos creado un lenguaje de la bocina con tres significados: Uno, tocamos para alertar a un peatón que camina mirando su celular por la calzada, para evitar accidentes que pueden ser provocados por imbéciles que quieren cambiar de carril abruptamente o para advertir al conductor de adelante que el semáforo ya está en verde.  

Esta bocina de advertencia, suele sonar corta  y más o menos amable: “Ti, ti”, y significa más o menos en el primer caso: “dejá de ver tu celular, idiota, subí a la acera”. 
Y en el segundo caso: “no seas cojudo, conserva tu carril, te vas a chocar”. 
En el tercer caso: “Avanzá, sonso”.

Como en la ciudad hay muchos “idiotas”, “cojudos” y “sonsos” hay demasiados “ti, tis”, que encadenados hacen un ruido molestoso. 

Dos, tocamos para avisar que hemos llegado y estamos en la puerta: “Ti, tiiiii; ti, tiiiiii”, como gritando: ¡estoy afueraaaa, abrí la reja! 
También, para saludar a una amiga en la calle: “Ti, tíii”, como diciendo “hola mírame, estoy en mi auto, soy tu amigo del karaoke”.
Tres, tocamos para expresar bronca: “Tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, tiiiiiiiiiiii”. 
La bocina habla por el conductor que está “puteando” y quiere que el universo se entere, no sólo el causante de la ira. Este bocinazo es violento y significa más o menos: “cabrón de mierda, bajá del auto y vas a saber quién soy”  

4 comentarios:

  1. Eso de los bocinazos y tocar el pito de los cojones está a la orden de día en todas las grandes ciudades. Ahora para pitos y claxon la que se lía en Nueva York. Yo estuve el año pasado, y aquello es terrorífico. Ahora eso sí, mucho pito pero los conductores no se insulta nadie. Aquí por la mínima aparte del bocinazo, en el mejor de los casos se acuerdan de tu madre.

    Abrazo.

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  2. Todo un idioma el de las bocinas.

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  3. Odio a esos que ven a un amigo y se empeñan en llamar su atención molestando a toda la calle —menos a su amigo, que es el único que no se da cuenta— con sus bocinazos.
    También odio a los que ponen la música a tope y bajan las ventanillas para hacer partícipes a todos los peatones de su buen gusto musical.
    Un abrazo.

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