martes, 18 de octubre de 2016

774: ¿Por qué cuesta a los hombres aceptar la vocación de sus esposas?

Aceptar la propensión de una esposa –al adulterio— suele asustar a los esposos. Muchas veces ocurre que están poco preparados y eso les lleva a quedarse estupefactos, sobre todo si la esposa ronda entre los 36 y 48 años. ¡Está en plena forma! ¡Es solo una cría!, dicen. Es una reacción lógica, pero poco reflexiva.

La pregunta que deberían hacerse, una vez superada la sorpresa es: ¿Mi esposa ha recibido alguna influencia? Si es un matrimonio con cierta formación sexual, ayudarán a sus esposas a discernir su propensión, intentarán hacerles ver que si deben tomar una decisión, antes conviene madurarla para no dejarse llevar por una ilusión pasajera. Eso sí, se lo dirán con delicadeza, sin utilizar métodos autoritarios, y acompañado con una buena dosis de besuqueo.

¿Cómo debemos actuar cuando la esposa nos dice que tiene esa propensión? La lógica -si amamos verdaderamente a nuestra esposa- nos dirá que debemos aceptar su decisión, advirtiéndole de lo que está bien y de lo que está mal, pero siempre acompañándola para que elija el camino al que se sienta llamada, para que esté más segura, más libre, y así sea más feliz. Y esto nos lleva a dejar a un lado nuestra propia inseguridad.

¿Deseamos la felicidad de nuestras esposas? ¿Y por qué entonces les imponemos lo que creemos que es lo mejor para ellas, aunque sea en contra de su voluntad? Si un esposo es fiel, o apocopado, quiere que su esposa sea igual a él, para que tenga continuidad el matrimonio. ¡Puede hacer infeliz a su esposa si no le gusta! En la vida una persona será más feliz cuando haga lo que realmente quiere.

En la vocación de las esposas hay otro tema sensible, muy humano y fácil de comprender: a todo esposo le cuesta separarse de una esposa cuando ella se va en pos de su propensión. Es natural. Luego con el tiempo verán lo felices que son, una felicidad de la que se contagiarán cada vez más. Los esposos serán más felices cuando vean que sus esposas son muy felices.

De todas formas, los esposos nunca dejarán de ser esposos, y por lo tanto darán consejos a sus esposas y los acompañarán toda su vida para que sigan el camino que su propensión les ha marcado.

11 comentarios:

  1. Si cada persona ya es un mundo, dos; es mucho más complicado. Yo pienso que cada cual haga de su capa un sayo, y deben hacer lo que crean conveniente para la estabilidad de la pareja.

    Abrazo Chaly.

    ResponderEliminar
  2. Se ve que hay esposos que no quieren ser felices, qué tontos.

    ResponderEliminar
  3. Esto es un esposo o un padre? Quizá un esposo paternalista...uffffff.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Propensión al adulterio... desde luego es una elegante manera de definirlo, jajjaja

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Y si hay propensión por ambas partes pueden armar un cuarteto.
    Besos, Chaly.

    ResponderEliminar
  6. Este.....cómo? propensión????!!!!!

    Besos Chaly :D

    ResponderEliminar
  7. Una inclinación natural a ser infiel no culpa de de nadie más que de uno mismo. No se puede culpar al otro que de que uno es cagador.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. La infidelidad es algo que se lleva innato, hay quien lo es, hay quien no. Nada tiene que ver con los demás ámbitos de la vida.
    Besos

    ResponderEliminar
  9. Las mujeres estamos hartas de consejeros espirituales.

    ResponderEliminar
  10. Las mujeres estamos hartas de consejeros espirituales.

    ResponderEliminar
  11. Porque a muchos les falta un hervor aún o unos cuantos hervores...

    Besos, Chaly.

    ResponderEliminar