Gracias a las mujeres, existen en el
mundo los maridos, y ya sólo por eso se merecen un reconocimiento. Mi duda es:
¿el buen marido nace o lo hacen? Diría que lo segundo, porque ningún varón
viene al mundo con la ambición de llegar a ser, el día de mañana, un gran
marido, lo cual habla y bien de la paciencia de las mujeres para formar, educar
y moldear a un ser humano asilvestrado, cuya aspiraciones vitales suelen ser una
birria: trabajar mucho, alimentarse de forma irresponsable, gansear los
domingos –con ánimo de ofender a los gansos–, salir con amigos y echarse novias
sin compromiso.
Yo pertenezco a esa parte de la
humanidad que vive solo y sin perro porque no ha tenido una mujer que, con
perseverancia y la lista de la compra los sábados, haya hecho de mí un marido
virtuoso. Con las virtudes de un solterón sólo podría salir un marido
defectuoso...
A veces, eso sí, uno echa de menos
discutir por tonterías. Cómo dijo aquel en no sé qué película:
–Si me gustase discutir, ya me habría
vuelto a casar.
Y las mujeres si venimos al mundo con la ambición de ser unas buenas esposas? No recuerdo esa ambición natal...
ResponderEliminarBesos.
yo todavía estoy en momentos de aprendizaje, no se termina nunca ésto!!! pero no me quejo ja...
ResponderEliminarPues igual que las mujeres.
ResponderEliminarYo como marido ya rendí todas las materias, pero a juzgar por la cantidad de reproches recibidos, no se me da por ver el boletín de calificaciones, archivado junto a las fotos de casamiento, otra cosa que no miré nunca más!!
ResponderEliminarAbrazo!!
Cuando nací, la comadrona le dijo a mi madre: "Ha tenido usted un solterón pelirrojo".
ResponderEliminarUn abrazo.