martes, 6 de junio de 2017

977: Tundama Ortiz: cuentos de minicuentos

Conversión
Después de muchas cavilaciones y agobiado por los problemas de tener una baja, bajísima autoestima, aquel minicuento decidió matricularse en un taller literario.
Allí intentó hacer amigos. Al principio, recién llegado, le dirigió sus palabras a una novela de espionaje. Muy pronto, sin embargo, se dio cuenta de que lo miraba con sospecha. En efecto, al poco tiempo y sin pudor alguno, ella empezó a esculcarle los adjetivos pensando que el minicuento no era más que un micrófono.

Frustrado, el diminuto personaje trató de intimar con un relato erótico, pero éste, tras desabrocharle los sustantivos, se desanimó por lo corto de su argumento.

La novela de terror le susurraba verbos espantosos entre líneas, mientras que la novela histórica sólo tenía ojos para una elegante y corpulenta biografía. El minicuento pensó entonces que lo mejor sería buscarse compañeros de su misma estatura y, a falta de otros de su especie, se animó a hablarle al selectísimo grupo de las poesías. Pero aquellas, delicadas e inefables, despreciaron al minicuento porque la pobreza de su léxico le impedía ir con ellas al salón de belleza.

Decepcionado, triste y con la autoestima a ras de letra, el minicuento se retiró del taller literario. Tras fracasadas sesiones terapéuticas con un famoso libro de superación personal, tras una temporada alcohólica y muchos incidentes desagradables con el género policiaco, el minicuento optó por vincularse a una secta religiosa.

Ahora, gracias a la conversión divina,  cualquiera que lo leyese pensaría que se trata de un versículo o de un salmo responsorial. En todo caso, para alegría del microscópico relato, su autoestima se ha elevado bastante, se ha elevado a dimensiones alegóricas que ya empiezan a desbordarle sus enanas y estrechas líneas...

Roguemos todos para que este minicuento soporte el peso de la palabra celestial.
Bienaventurados los pobres de vocabulario porque de ellos será el reino de las artes.

Aaaamén.

6 comentarios:

  1. Bienaventurados sean.

    Amén.

    Besos

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  2. Preciosa la historia del minicuento, me gustó mucho y pienso que es un cuento muy real.

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  3. Todo es posible, hasta muchos cuentos se cumplen a rajatabla.

    Abrazo compañero.

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  4. Muy bien parido el minicuento. Me ha gustado mucho.
    Un abrazo.

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  5. Me ha encantado, de verdad.
    Un beso "mini"

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  6. Muy requetebuenoooooooo!!!!!! jajaja

    Besos =)))

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