Conversión
Después de muchas cavilaciones y
agobiado por los problemas de tener una baja, bajísima autoestima, aquel
minicuento decidió matricularse en un taller literario.
Allí intentó hacer amigos. Al
principio, recién llegado, le dirigió sus palabras a una novela de espionaje.
Muy pronto, sin embargo, se dio cuenta de que lo miraba con sospecha. En
efecto, al poco tiempo y sin pudor alguno, ella empezó a esculcarle los
adjetivos pensando que el minicuento no era más que un micrófono.
Frustrado, el diminuto personaje
trató de intimar con un relato erótico, pero éste, tras desabrocharle los
sustantivos, se desanimó por lo corto de su argumento.
La novela de terror le susurraba
verbos espantosos entre líneas, mientras que la novela histórica sólo tenía
ojos para una elegante y corpulenta biografía. El minicuento pensó entonces que
lo mejor sería buscarse compañeros de su misma estatura y, a falta de otros de
su especie, se animó a hablarle al selectísimo grupo de las poesías. Pero
aquellas, delicadas e inefables, despreciaron al minicuento porque la pobreza
de su léxico le impedía ir con ellas al salón de belleza.
Decepcionado, triste y con la
autoestima a ras de letra, el minicuento se retiró del taller literario. Tras
fracasadas sesiones terapéuticas con un famoso libro de superación personal,
tras una temporada alcohólica y muchos incidentes desagradables con el género
policiaco, el minicuento optó por vincularse a una secta religiosa.
Ahora, gracias a la conversión
divina, cualquiera que lo leyese
pensaría que se trata de un versículo o de un salmo responsorial. En todo caso,
para alegría del microscópico relato, su autoestima se ha elevado bastante, se
ha elevado a dimensiones alegóricas que ya empiezan a desbordarle sus enanas y
estrechas líneas...
Roguemos todos para que este minicuento soporte el peso de la
palabra celestial.
Bienaventurados los pobres de vocabulario porque de ellos será el
reino de las artes.
Aaaamén.
Bienaventurados sean.
ResponderEliminarAmén.
Besos
Preciosa la historia del minicuento, me gustó mucho y pienso que es un cuento muy real.
ResponderEliminarTodo es posible, hasta muchos cuentos se cumplen a rajatabla.
ResponderEliminarAbrazo compañero.
Muy bien parido el minicuento. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha encantado, de verdad.
ResponderEliminarUn beso "mini"
Muy requetebuenoooooooo!!!!!! jajaja
ResponderEliminarBesos =)))