El grupo más alegre era el de las
yeguas de dos a tres años.
Estas se paseaban todas juntas
como las señoritas, y se mantenían apartadas de las demás.
Se agrupaban apoyando sus cabezas
en el cuello de las otras, resoplando y saltando: de pronto empezaban a dar
brincos con la cola levantada y rompían al galope unas en torno a las otras.
La más hermosa y la más traviesa
del grupo era una alazana. Todas las demás imitaban sus juegos y la seguían a
todas partes. Era la que daba el tono a la reunión. Estaba aquel día extraordinariamente
alegre y predispuesta a la diversión.
Después de pastar, una vez satisfecha,
se revolcó en la hierba, y, cansada de aquel juego, se dedicó tenazmente a
molestar y a provocar a las yeguas viejas, corriendo por delante de ellas. Asustó
a un potrillo que estaba mamando con gran seriedad y se divirtió persiguiéndole
y haciendo como si quisiera morderle. La madre, asustada, dejó de pacer. El
pequeño empezó a relinchar ñoñamente; pero la traviesa alazana no le hizo daño,
y contenta por haber distraído a sus compañeras que la miraban con interés, se
alejó como si no hubiese hecho nada.
El caballo tordo le lanzó un
relincho dulce y apasionado. Aquel relincho tenía la expresión de la ternura y
de la tristeza unida. En él se adivinaban promesas de amor y deseos no
satisfechos. A la joven yegua le enterneció, y estuvo escuchando
durante mucho tiempo. Pero la locuela no
era amiga de preocuparse demasiado.
Cuando la voz del caballo se hubo
extinguido, relinchó en tono burlón, escarbó la tierra con sus lindos cascos. La
potra se sentía víctima de la juventud, que le hacía sufrir más aún que los
hombres; y sin embargo, ni a aquélla ni a éstos les había hecho jamás daño
alguno. Los hombres le necesitaban, pero ¿por qué los caballos no le dejaban en
paz?
Eso fue algo que nunca pudo
comprender.
Conductas iguales a la de los seres humanos...
ResponderEliminarBesos, Chaly.
Como dice Mirella igual que en los seres humanos.
ResponderEliminarMe recordó al tema "caballo viejo"
...el potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad, caballo viejo no puede perder la flor que le dan, porque después de esta vida no hay otra oportunidad...
Besos
"Caballo que a los tres años
ResponderEliminarve una yegua y no relincha,
es que no como cebada,
o es que le aprieta la cincha,
o es que no vale pa nada".
Me ha recordado a la canción de Julio Iglesias.
ResponderEliminarLa potra caracolea y levanta la cola provocando a los potros y caballos, uno de ellos la ensartará y los otros después crearán los cuernos.
ResponderEliminarTodos los animales y sobre todo los mamíferos que viven en manada, somos muy parecidos...
ResponderEliminarBesos
Igual que los humanos....
ResponderEliminarBesos
Mucha duda existencial para una yegua.
ResponderEliminarSaludos.