—Hay vecinas con un sabor o aroma
fuerte y eso no tiene que ver con el aseo personal, es su parte íntima que
tiene esa particularidad.
—Que me guste o no depende de mí
química, lo que para mí es un olor agradable o interesante, para otros no lo es
y seguramente está mediado por las sensaciones también.
Los olores y sabores vaginales
encuentran su adorador en distintos paladares y olfatos. Gustavo, por ejemplo,
prefiere los suaves: Un olor fuerte no es
necesariamente malo si te gusta, pero por lo general cuando no son tan fuertes
son mejorcitos. Ricardo nos explica como la vagina de una vecina fumadora
sabe muy distinto a una que no lo hace. Los aromas y sabores cambian de región
en región y están altamente ligados con la alimentación.
Las que sufren de vergüenza ya
pueden dejarla de lado. Si hacemos a un lado a los egoístas que enfocados en su
propio placer sólo quieren recibir sin dar, encontramos que algunos vecinos
no sólo disfrutan lengüeteando, sino que están sinceramente interesados en que
las vecinas sientan placer.
Javier ha encontrado algo
particularmente atractivo en esta práctica: Una
mujer madura huele a campo de flores. Disfruto mucho del lengüeteo, a través de
él puedo descubrir cosas realmente interesantes.
Para Aniceto el olor y sabor
de la vagina hacen parte primordial del juego sexual: Imagino que el olor de la vagina tiene que ver con las feromonas y
realmente me excita. Le avisa al cuerpo que es momento de tener sexo. Es como
un catalizador. A veces huele tan bien que sólo quiero inhalar ese aroma todo
el día
Es muy interesante :)
ResponderEliminarUn placer leer tus temas.
Besos.
Perdona, voy a abrir la ventana porque el perfume que sale hoy de la pantalla del ordenador es asfixiante. Hasta mañana.
ResponderEliminarHombre tampoco es cuestión de que la clochina le huela a bacalao, jajaja.
ResponderEliminarAbrazo.
Ya va siendo hora de hablar de estos temas :)
ResponderEliminarAbrazo grandote, Chaly.