— ¿Dónde está Graciela?
—Se fue, se fue
— ¿Dónde se fue?
—Tras los besos prohibidos
— ¿Con…?
—Si
— ¿Por qué no la atajaste? El me hizo
desgraciada y hará lo mismo con ella
—Le dije, le dije, más ella me replico que no es la misma mujer ni
el mismo contexto
No escarmentamos en cabeza ajena.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¡¡Ay... !!!
ResponderEliminarY tiene razón..además, cada uno tiene que cometer sus propios errores.
ResponderEliminarBesos