Hoy me siento terriblemente cansada. Pablo y yo llevamos días sin cruzar una palabra. No tengo ganas de navegar. Enciendo el ordenador con la idea de contestar algún correo, pero no hay ninguno interesante. Manuel está conectado:
–Pablo y yo estamos fatal, me ahogo en esta casa
–Estás con la regla?
–No, estoy harta. Me gustaría tener más tiempo para mí y para escribir no me dejan concentrarme ni diez minutos seguidos. Me quiero separar, que se quede con los niños
–Qué drástica no sería mejor que echaras un par de polvos por ahí? Te relajarían
–Qué más quisiera yo Pero todos los hombres que me gustan conocen a Pablo. Son muchos años de fidelidad.
–A mí me parece meritorio trece años fiel. Mira, no sé si debo decírtelo sé que lo que te digo va a abrir las puertas del infierno por qué no pruebas con el chat?
–¿Crees que no tengo bastante con diez horas de pantalla al día? Sólo me faltaba, entrar en los chats de contactos. Y además, soy una señora no una loca
–¿crees que a los hombres no les gustan las señoras?
40 inteligente, divertida, culta, ingeniosa, atractiva y muy sexual. Hace mucho tiempo que soy el hombre de mi casa, necesitaría un hombre que me hiciera sentir mujer un rato.
He puesto un anuncio en un portal de contactos.
He abierto las puertas del infierno.
No sé con cuántos hombres he hablado esta noche. Demasiados. He visto amanecer al otro lado de la pantalla del ordenador, me he fumado el último cigarro, del que no he soportado más de tres caladas sin toser, y he apagado la máquina. Antes de acostarme, he dejado abierta la ventana del despacho para que se ventile. Ni siquiera yo puedo soportar ya este olor a bar.
Me acuesto junto a Pablo con cuidado de no despertarle, y busco refugio entre sus brazos. Pero sé que he abierto las puertas del infierno y ni él, ni yo, ni nadie podemos evitarlo. Podría levantarme, volver a encender el ordenador y borrar mi anuncio del portal de contactos.
Pero no lo haré.
Oh, por anuncios... pobre diabla, el "ganao" que hay por ahí da miedo. Una vez intente un negocio paralelo a otro que tenía, se llamaba mesa 8. Entrevisté a un montón de mujeres y hombres que buscaban conocer... Las mujeres fantásticas casi todas, no puede llevar el negocio adelante porque me moría de la vergüenza de los tipos que venían a las entrevistas. Horror. Que quite el anuncio , por Dios.
ResponderEliminarBesos
Dice la chica que no lo hará. Y no será porque no le hayas advertido. Ella sabrá.
EliminarBesos.
Sí que es el infierno, sí.
ResponderEliminarPero por lo cutre y lo falso.
Saludos.
No sé. No he entrado en un chat de esos, ni lo intentaré tampoco.
ResponderEliminarHablar por cámara interpuesta, como que no.
Bss, Chaly.
Pues como dicen, cuando a una mujer se le mete una idea, ni quien se la quite de la cabeza........
ResponderEliminarbesos Chaly