Ella salió de la habitación,
desnuda.
¿Por qué se desnudaban con tanta facilidad
las mujeres? ¿Por qué, después de la primera o segunda vez que cogen con un
hombre, se mueven con el cuerpo desnudo por toda la casa sin darle mayor
importancia?
Él hubiera preferido que se
pusiera una bata, o las bragas. Pero hizo lo mismo el primer día, aquella
absurda tarde en que se conocieron en una cafetería, donde entró refugiándose
de la lluvia y porque estaba a punto de orinarse encima.
Ella estaba sentada en un
taburete, junto a la barra. Él le pidió al camarero, un café, y le preguntó por
el urinario. La mujer que estaba junto a la barra, y que después se convertiría
en su amante, le indicó una pequeña escalera por la que se accedía a ellos.
Cuando él volvió del lavabo, tenía
la bebida que había pedido encima de la barra y un taburete muy cerca del que
ocupaba la mujer. Como si ella se lo estuviera guardando, como si le esperara,
como si confiara en que iría a su encuentro.
Al cabo de una hora ya estaban en
la cama.
Hay gente pá tó, no se puede generaliza.
ResponderEliminarcabo de ver un abrazo que me has mandado en un comentario y de buenas a primeras se ha esfumado, así es que me he quedado sin él. Otra vez seré más rápida en recogerlo.
Vaya, cómo ha cambiado el cuento! Y que siempre pensé que se quejaban de lo contrario.
ResponderEliminarMis respetos Don Chaly.
Besos
Ja! pues como dice Tracy, hay gente pá tó, ni muy muy, ni tan tan.
ResponderEliminarBesos =)))
Eso si que es llegar y besar el santo, aunque luego se queje por hacerse el interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo creo qu esto es muy al revés Chaly!,
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