- Buenos días. Sus documentos, por
favor.
- No los tengo. He… salido a correr.
- Lo he visto avanzar a hurtadillas
e invadir propiedad privada en este
inmueble, pero correr, lo que se dice correr, no lo he visto, ¿ah?
- Eso...es que...Se trata de una
broma...
- Una broma.
-Estoy siguiendo a mi mujer
para...sorprenderla.
- Sorprenderla.
- Sí. Quería darle...Eso, una
sorpresa.
- ¿Qué sorpresa?
-Yo.
-...
-Es decir, salirle al paso y decirle
¡Sorpresa! Hace...hace tiempo que no nos vemos y...
-Y usted ha vuelto a casa después de
mucho tiempo vestido así y sin maletas...
-¿Qué tiene de malo? ¿No le gusta mi
buzo o...?
- Le he pedido sus documentos.
-Escuche... ¿No habrá...no habrá un
modo de arreglar esto?
- ¿Qué quiere decir?
- No sé...alguna salida...
-Ya eso se hará según su criterio,
señor.
-No tengo ni un centavo.
-¿Y yo le he pedido dinero acaso?
¿Qué trata de decir? Yo no le he pedido nada más que sus documentos. Pero ahora puedo acusarlo por
intento de soborno.
-No... Por favor...
-Es verdad que no parece ladrón.
Debe ser un principiante. ¿Se ha quedado sin trabajo? ¿Sin plata? A veces pasa.
-Mi mujer...está con otro.
-¿Cómo?
-Está con otro hombre.
-¿Con quién?
-No lo sé. Por eso la estoy
siguiendo. Para averiguarlo
¿Continuará?
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué intriga. Un beso.
ResponderEliminarYa solo le interesa saber quien se acuesta con la mujer, el resto se la trae al pario.
ResponderEliminarAbrazo Chaly
¿En qué acaba?
ResponderEliminarBuen diálogo, lo he seguido intrigada y puedo sacar una conclusión. Saludos.
ResponderEliminar...y?
ResponderEliminarCon lo difícil que es asumir que uno es cornudo...
ResponderEliminarSaludos.