— ¿Son ciertas
todas esas aventurillas que me han contado?
—Completamente.
—Son muchas.
—Nunca son
demasiadas
— ¿Y qué
obtienes de esas relaciones esporádicas?
—Sexo
Soltó un bufido.
— ¿Qué sucede?
¿No te gusta el sexo?
—Me gusta, pero
no lo concibo fuera de una relación estable.
—Lo suponía. Es
una verdadera lástima.
— ¿No has vuelto
a tener una relación seria con ninguna?
—No. No voy a
enamorarme, si eso es lo que te interesa saber.
—Entonces te has
vuelto de esos.
— ¿De cuáles?
—De esos cobardes
incapaces de involucrarse en una relación seria. De esos que se pasan la vida
yendo de culo en culo porque se creen muy machitos cuando en el fondo no son
más que unos seres patéticos.
— ¿Eso es lo que
piensas de mí?
—Sí
— ¿Y puedo saber
por qué te enfurece tanto? ¿Te has enamorado alguna vez de uno de esos tipos?
—No, tú eres el
primero que conozco.
—Lamento que no
te complazca, pero al menos yo soy honesto. Establezco los límites y nadie sale
perjudicado. No finjo amar.
— ¿Qué has
querido decir con eso?
—Creo que está
bastante claro. Pareces ofendida. ¿Acaso te has dado por aludida?
—En absoluto.
—Entonces deja
de apretar los dientes
—Sólo estoy
dando mi opinión. Por mi puedes hacer lo que te dé la gana
— ¿Y qué me dices
de tu amiga? ¿Ella no es patética?
— ¿Qué tiene
ella que ver con esto?
—Cumple el
perfil que has descrito. Ella va de pene en pene.
—No es lo mismo.
— ¿Puedes
explicarme?
—Los hombres nos
han estado usando durante siglos, ya es hora de que nos tomemos la revancha
—Así que ella lo
hace por venganza.
—Tal vez
— ¿Y no es más
patético hacerlo por venganza que por placer?
—Así que, lo que
haga ella o cualquier otra mujer está plenamente justificado.
—No sabía que
fueras una feminista.
—No lo soy
—Entonces eres
una amargada Te gustaría ser como Raquel,
pero tu miedo no te lo permite.
—No quiero ser
como Raquel, y desde luego no quiero ser como tu Yo no necesito meterme en la
cama cada día con una persona distinta para que levante mi autoestima.
— ¿Sabes cuál es
tu problema?
—Yo no tengo
ningún problema.
—Creo que tu marido
no te coge bien.
—Y tú eres un
inmaduro. Siempre lo reduces todo a lo mismo.
—No fui yo quien
tocó el tema, vámonos.
—No me trates
con condescendencia
Se acercó y la
abrazo, ella trató de zafarse
—Te deseo y te
aseguro que me estoy aguantando, pero al menos yo no pierdo los estribos.
La apretó un poco
más y la atrajo hacia él hasta que sus labios casi se rozaron
—Tú tampoco
deberías perderlos, a menos que estés preparada para ponerle cuernos a tu
marido
Un diálogo que da para mucho tema de conversación.
ResponderEliminarMira, mira......!
ResponderEliminarCualquier momento es un buen momento para hacer algo por primera vez.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Y a ella qué más le dará...
ResponderEliminarBesos
Un poco tendencioso, Chaly. Has puesto a la chica demasiado tonta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si va de pene en pene, al final acabará hecha unos zorros.
ResponderEliminarAbrazo.
Un poco tonta, la mujer, si no es feminista; o es ignorante y no sabe qué significa feminismo. Saludos.
ResponderEliminarEsta mujer no se aclara. :)
ResponderEliminarEl caso es que ahí anda buscando... espero que encuentre
Besitos
Que cada uno haga lo que más le guste, siempre que no haga daño a otro.
ResponderEliminarVale para el sexo y para todo en general.
Un poco carente de objetividad¿no?
ResponderEliminarQue cada uno se lo monte como quiera siempre que haya sinceridad.
ResponderEliminarBesos.