Imagina esto: alguien te
pregunta: “¿Qué estás buscando en una
pareja?”. Obviamente has pensado mucho sobre esta pregunta; has aprendido
que si das la respuesta estándar, entonces quien te pregunta no sabrá más de ti
que de las otras personas. Entonces respiras profundo, miras a la persona a los
ojos y contestas: “Estoy buscando a
alguien que dice lo que hace y que hace lo que dice. Y obviamente también
busco a alguien que tenga todas las condiciones básicas: que sea buena persona,
que esté a la par mía. Ah, y por favor,
no quiero alguien que fume”.
¿Y qué respuesta obtienes a tu
tan pensada respuesta? Generalmente es algo parecido a:
“¡Eres tan quisquilloso!”
Veamos algunas de las pensadas
respuestas a “eres demasiado quisquilloso”:
La respuesta larga:
“Me conozco y decidí que estos
intereses, ya sean fundamentales o secundarios, no son negociables. Es por el
bien de todos que yo no ceda demasiado, ya que si lo hiciera, entonces, no me
estaría casando con la persona que creería que me estoy casando”.
La respuesta más corta:
¿Por qué darle la satisfacción de
una respuesta? Tan sólo vete sin responder.
Las respuestas que contraatacan:
“¿Quién eres tú para juzgarme?”.
“¡Sí, lo soy! Y también soy
seguro de mí mismo, encantador y atractivo, ¿y tú?”.
“Es bueno ser quisquilloso…
cuando se trata de una elección para toda la vida”.
“Elijo no resignarme”.
“¡Eres demasiado juicioso!”.
“Es una decisión importante; uno
debe ser quisquilloso”.
“Es por eso que le
llaman encontrar a la persona indicada”.
“Si no lo fuera, entonces sería
un problema. ¿Has visto lo que se encuentra en la calle hoy en día?”.
“Si quisiera tu opinión te la
pediría”.
Las respuestas que demuestran seguridad en uno mismo
“Me conozco a mí mismo y sé lo
que necesito. No quiero desperdiciar mi tiempo con otra persona”.
“Trabajé mucho para conocerme a
mí mismo y lo que he descrito es lo que mejor me complementa”.
“Bueno, ¿fuiste tú quisquillosa/o
cuando buscabas con quien casarte? Si no lo fuiste… ¿puedo decírselo a tu
pareja?”.
“Ves cuán quisquillosa soy
respecto a mis zapatos, y eso que sólo los uso en los pies. Ser quisquillosa no
siempre es malo; ser irrealista sí lo es”.
Yo creo que las parejas no se buscan: se encuentran.
ResponderEliminarUn abrazo.
Válgame, qué complicado...al final, sólo al final es cuando tienes todos esos requisitos, pero una vez que ya estuviste con alguien que no era así....o sea, que con la práctica se aprende! jajajaja
ResponderEliminarBesos =)))
Hoy tu entrada es para enmarcarla.
ResponderEliminarPara estudiar y practicar :)
ResponderEliminarBesitos !!