Bailamos una sola vez, y por
supuesto con Frank Sinatra refiriéndose con su voz más grave a que aquel 23 de
diciembre, no eran precisamente el momento ni el lugar más apropiado para
conocernos, pero que bueno, habría que conformarse.
—It’s poignant and it’s sad
Me dijo alzando su cabellera y
clavándome tal mirada, que sólo así entendí que poignant, en inglés, quiere decir
amargo y algo más, y triste y algo más, e hiriente y algo más.
Y, desde esa noche, esta canción
titulada It’s all right with me, ha sido, para ella y para mí, eso que
otros llaman nuestra canción, y bailan
hasta que la muerte los separe. En fin, que esta canción, que en castellano
podría traducirse por otra que habla de
una sombra de odio, o algo así, que se cruzó en el camino de Dos almas que en
el mundo, había unido Dios…, siguió incluso después, cuando la voz de Frank
Sinatra desapareció y la orquesta que lo acompañaba continuó pautándonos la
vida con sus últimos compases, y tanto que ella y yo nos pusimos de acuerdo en
que, para bien o para mal, nuestra historia había comenzado, esta vez sí, así
como ella tenía su prehistoria para mí, yo también la tenía para ella, y aún se
me humedecen los ojos en lágrimas de amor, de amistad, de hermandad, de complicidad,
de misterio y de confianza, y de tú y yo algo tenemos de todo eso, algo y mucho
— que esto le dije, también yo, a ella, aquella madrugada del 23 de diciembre… Bueno,
aquella madrugada ya del 24 de diciembre y tremendamente jingle bells
¡Qué hermoso!
ResponderEliminarBesos
Muy bonito.
ResponderEliminarPor suerte, en mi caso, nunca se dio eso de tener "nuestra canción", y pude continuar escuchando música sin esquivar ningún tema, ningún autor, ningún género, luego del consabido fracaso.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Te abrazo fuerte, querido.
ResponderEliminarY Merry Christmas.