Un estadounidense cínico y
amargado —expatriado por causas desconocidas—, administra un antro de juego que
atrae una clientela variopinta: gente de Vichy, nazis, asilados políticos y naturales.
A pesar de que el estadounidense cínico
y amargado asegura ser neutral, sabemos que participa en el tráfico de armas en
la Guerra Civil Española, del lado republicano.
Una noche, un caco llega al antro
de juego portando de unos salvoconductos que permiten a su poseedor el libre
tránsito a través de la Europa. Por eso los documentos tienen un valor inimaginable
para cualquiera de los refugiados que esperan su oportunidad de escapar. De
manera subrepticia, el caco deja las cartas al cuidado del estadounidense
cínico y amargado porque de algún modo,
debido a que tú me desprecias, eres el único en quien yo confío.
Entre tanto la razón de la
amargura del estadounidense cínico llega
de nuevo a su vida. Se trata de su ex, quien le había abandonado sin dar
explicaciones y quien, junto a su esposo llegan para comprar los salvoconductos.
A la noche siguiente el cornudo sospechando
que el estadounidense cínico y amargado tiene las cartas, se entrevista con
este, pero el estadounidense se niega a entregarle los salvoconductos,
pidiéndole que le pregunte a su esposa el motivo. El diálogo se ve interrumpido
cuando un grupo de oficiales nazis,
comienza a cantar Die Wacht am
Rhein Enfurecido, el cornudo solicita a la orquesta del local que
interprete La Marsellesa. Cuando el maestro de la banda busca al estadounidense
cínico y amargado con la mirada, este asiente con la cabeza. El fervor
patriótico se adueña de la muchedumbre y todos se unen al canto, ahogando el de
los alemanes. Como represalia, los nazis aliados de Franco mandan clausurar el
antro de juego.
El estadounidense cínico y
amargado sigue resentido con su ex, pero esa noche, la ex lo confronta. Cuando
él estadounidense se niega a darle los documentos, la ex lo amenaza con una
pistola, pero siendo incapaz de meterle bala, le confiesa que sigue amándolo y
le explica que cuando lo encontró por primera vez y se enamoró de él, pensaba
que su marido había sido exterminado. Pero en cuanto descubrió que en realidad
había logrado escapar —continua ella mareando la perdiz—regresó a su marido. El
estadounidense cínico y amargado cambia de actitud al conocer el motivo por el
cual la ex se marchó y se auto engaña al pensar que se quedará con él cuando el
cornudo se vaya.
El cornudo llega al antro de
juego y le dice al estadounidense cínico y amargado que se ha dado cuenta de
que algo sucede entre usted y ella.
De hecho, intenta provocar que ella y el estadounidense tomen las cartas de
libre tránsito, con tal de salvar la vida de ella. Como sea, la policía llega y
el cornudo es arrestado bajo un cargo menor. El estadounidense cínico y
amargado interviene y convence al capitán francés de liberar al marido de su ex
prometiéndole que lo podrá acusar a él, ante la Gestapo por un delito mucho más serio:
la posesión de los salvoconductos.
Cuando capitán francés le cuestiona sobre la razón por la que él está haciendo
esto, el le explica que él y ella partirán para Miami
Más tarde, el cornudo recibe los
salvoconductos, más cuando el capitán francés trata de arrestarlo el gerente
del antro de juego traiciona a capitán francés, obligándolo a punta de pistola
a permitir el escape. En el último momento, estadounidense cínico y amargado
conduce a su ex a que aborde el avión con su marido diciéndole que si ella se
queda se arrepentirá. Tal vez no hoy. Tal
vez no mañana, pero pronto y para el resto de tus días
El mayor nazi llega en su
vehículo, habiendo recibido el chivatazo por parte del capitán francés, pero el
estadounidense cínico y amargado le dispara cuando trata de intervenir. Cuando la
policía llega, el capitán francés salva la vida de estadounidense al ordenar
que capturen a los sospechosos de siempre.
Enseguida le recomienda al estadounidense cínico y amargado deje el antro de juego sugiriéndole incluso
que se vaya con las negras de Brazzaville.
Ellos se alejan caminando en
medio de la neblina: capitán, creo que
este es el principio de una gran amistad.
Y yo creo que es el principio de una gran novela.
ResponderEliminarLa que has montado en poco rato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa frase siempre me pareció como que entre el capitán y el cínico había tema.
ResponderEliminarBesos