sábado, 12 de diciembre de 2015

608: LOS LÍMITES DEL AMOR SALUDABLE

“Haría cualquier cosa por ti, si me lo pidieras". ¿Quién no ha dicho esta frase alguna vez en su vida, bajo el efecto hipnótico del enamoramiento? ¿Y cuántos no se han arrepentido luego? Amor sin límites, sin condicionamientos, libre de pecado y más allá del bien y del mal. Existir para el otro, vivir para el amor, consagrarse a él y realizarse por medio suyo, junto a la persona amada. Y si eres mujer, la cosa es peor: "Estás hecha para amar", afirmaban sin pudor pensadores de la talla de Rousseau y Balzac.
Amar hasta reventar, hasta agotar reservas, hasta "morir de amor", como cantaba Charles Aznavour.
Romanticismo a ultranza, descarado, febril, ilimitado, que todo lo justifica, hecho para valientes, para quienes están dispuestos a entregarse hasta la médula y sin recato, no importan las consecuencias. La consigna del amor irracional es terminante: si no hay abdicación del yo, si la subordinación al amor no es radical, entonces ese amor no es verdadero.
"Sacrificio y amor van de la mano", dice la sabiduría popular, porque así fue concebido por la civilización desde
los comienzos.
¿Que ya está pasado de moda, que el calentamiento global ha erradicado totalmente tal concepción?
Lo dudo.
Pienso que la exigencia de un amor irrevocable y sometido al otro sigue tan vigente como antes, aunque más solapado y maquillado por las reivindicaciones y conquistas sociales, sobre todo las feministas. Estoy de acuerdo con Gules Lipovetsky cuando afirma que aunque se ha intentado desmontar el culto femenino al amor, la tan anhelada revolución afectiva aún está en pañales. Las mitologías del amor, además de ser altamente nocivas para la salud mental, todavía están presentes en el imaginario de infinidad de mujeres.
En general, la mayoría de la gente lo hace porque tiene un problema relacionado con un amor mal manejado, por un sentimiento que nos envuelve y nos controla. Y de estas, el ochenta y cinco por ciento son de mujeres. Obviamente no se trata de vivir sin amor y negar el hecho de que en algunas relaciones, tal como decía Roland Barthes, "arder" es mejor que "durar" Nadie desdeña la experiencia amorosa en sí misma, sino las terribles secuelas de su idealización sin fronteras. Los mitos, en psicología cognitiva, son ideales inalcanzables, salidos de toda posibilidad y anclados en un "deber ser" definitivamente contraproducente y sin sentido.
No se trata de destruir el amor, sino de reubicarlo, ponerlo en su sitio, acomodarlo a una vida digna, más pragmática e inteligente.
Un amor justo y placentero que no implique la autodestrucción de la propia esencia, ni que excluya de raíz nuestros proyectos de vida.
El amor no lo justifica todo, no es Dios, aunque hayamos establecido esa correlación a través de los tiempos.
"¿Por qué no lo deja, señora? ¿Por qué no se salva y escapa a la indiferencia y el maltrato psicológico que la está
destruyendo? ¿Por qué sigue ahí, si sabe que él la engaña con otra mujer?"
La respuesta es patética: “No puedo, lo amo".
Si el amor, en cualquiera de sus formas, se nos presenta como la máxima aspiración de vida, no podremos vivir sin
él y haremos cualquier cosa para obtenerlo y retenerlo, independiente de los traumas que pueda ocasionar.
Parecería que todo vale cuando se trata del "milagro del amor", o mejor, nada vale o da lo mismo, porque se supone
que no hay amor auténtico sin dimisión absoluta. Amor "estoico", dispuesto a todo, cuanto más insensato, mejor.
Amor en cantidades apabullantes, desmedido, ahogarnos en él hasta perder el sentido de la proporción y de la propia vida. ¿Acaso no se trata de eso? ¿Acaso el amor no es "lo más sustancial"?, gritan a los cuatro vientos los
enamorados del amor. Pues no: el culto al sacrificio sentimental ilimitado es una epidemia que aniquila vidas y
al cual nos sometemos inexplicable y embelesadamente como ovejas al matadero. La siguiente frase de Francis
Bacon resume esa sensación cuasi mística que embarga a los que han sufrido el flechazo: "La naturaleza del amor
implica ser rehén del destino".

4 comentarios:

  1. Es amor , bueno quizás el desamor más bien es a veces un rollo.

    Besos.

    Buen finde.

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  2. Hoy tu entrada es casi una tesis doctoral, por lo bien documentada que está, se te agradece. Todo lo que se hable del amor es poco.

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  3. L´Amore... ese loco travieso que todos quieren entender y que les acaba tomando el pelo a casi todos.
    Pero es bonito, eh?
    ;)

    Bss, Chaly.

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  4. Toda una lección que traspasa y hace reflexionar.

    Bonito espacio.

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