Para Albert
Einstein lo único verdaderamente importante era la intuición. No es magia
ni embrujo, sino esa sutil capacidad que nos hace inclinar la balanza hacia un
lado, ella quien en poco más de dos segundos nos permite valorar si una persona
es de fiar o no.
La intuición
se siente más que se piensa. Por ello, es necesario saber escuchar nuestras
emociones, entender qué acontece en nuestro mundo interior para encontrar la
calma y el equilibrio.
Me resulta
difícil explicar muchas de las cosas que se, que anticipo o preveo, no tengo
razones, no tengo datos objetivos. Sólo es una sensación, que a veces parece
una locura. Sin embargo, con el tiempo descubres que esas sensaciones que
no tienen explicación no son desacertadas, son sabias porque te
permiten estar en el camino que quieres, porque te hacen avanzar hacia tu meta
con paso firme y seguro.
Aunque en el
momento en que estas intuiciones aparecen en escena puedan generar
rechazo o incomprensión en los demás, están ahí y tu no dejas de
experimentarlas. Y con el tiempo, que como dicen lo pone todo en su lugar, vas
apreciando que es una facultad que tienes y que tienes que saber aprovechar y
manejar, porque resulta útil en muchos casos y porque te evita muchos
disgustos, muchas decepciones, y lo que es mejor todavía porque puede
evitárselos a los demás.
Superada la
crisis de locura, te dejas guiar por la intuición cuando ella irrumpe sin
avisar en cada situación. A mi me ha servido para seleccionar personal dentro
de la empresa, para encontrar colaboradores muy afines y competentes, para
detectar cuando un cliente nos va a dar problemas, para saber cuando algo no
marcha bien, para decidir cuando involucrarnos en un proyecto y cuando no, para
huir de personas que te roban la energía. Y sobre todo para liderar mis
proyectos y mi vida.
Hay gente con ese don y esa gracia, porque la intuición es un don, y como diría un compañero mio, depende de lo que se intuya, da buenas o malas vibraciones, y en consecuencia actuamos. Muy bueno Chaly. Que tengas un bonito fin de semana.
ResponderEliminarAbrazo.
¡Muy buena ésta entrada!! Todos los días nos topamos con gente y con algunos hay onda y con otros hay rechazos se advierte enseguida, es fulminante, sin conocerlos, ahí funciona la intuición y uno puede seleccionar!!
ResponderEliminarChaly, con usted hay onda!!
Siempre me he guiado por mi intuición. Es una sensación, algo difícil de explicar, y he de decir que no me ha fallado mucho.
ResponderEliminarBesos.
Leñe, por qué no habré leido primero el título, jajajajaj.
EliminarLo importante es saber si este tipo su intención es de fiar o siempre le falla...
La próxima vez leeré el título, jajajaj
+besos
También creo lo mismo. Soy bastante intuitiva, el problema es que no siempre le llevo el apunte a lo que intuyo.
ResponderEliminarMe gustó mucho esta entrada, Chaly.
Besos.
Uno de los principios yóguicos aconseja seguir siempre la intuición.
ResponderEliminarIntuyo, luego existo.
ResponderEliminarAbrazos!
Sigo pensando que el tipo se la quiere cojer. Eso de la intuición en chamuyo. ¿Digo algo que luego se cumple y resulta que tuve intuición? Bah...
ResponderEliminarYo tambien soy de intuisiones y lo peor o mejor (según se mire) es que siempre suelo acertar.
ResponderEliminarMuy buena entrada Chaly ;) Besitos
Se que la intuición tiene explicación científica, pero igualmente siempre me gustó imaginarla como magia...
ResponderEliminarMe encanta Chaly, besos.