martes, 18 de abril de 2017

940: Justicia comunal

Entre los campesinos jóvenes, había uno de veinte años sobre el que las chicas hicieron correr el rumor de que tenía un solo testículo. Las burlas eran interminables: en cuanto aparecía en una reunión en la que había chicas, éstas se apartaban de él como de un apestado, exclamando: kata runtu

Desconsolado, se quejó de esta calumnia ante el tribunal comunal, integrado por campesinos analfabetos, por lo que todo el proceso se hacía verbalmente, pero que sin embargo podía infligir no sólo pequeñas multas y algunos días de arresto, sino también la fustigación, a menudo muy cruel, y juzgaba los pequeños delitos y las pequeñas diferencias entre la gente de la comunidad.

Las decisiones de este tribunal no se regían por ninguna ley escrita.

El  tribunal comunal se tomó a pecho el infortunio del joven.
Las jóvenes culpables (eran más de veinte) fueron convocadas ante la comunidad y los jueces que pronunciaron la siguiente sentencia: cada una de las culpables debía ser introducida sola y una tras otra en la sala comunal donde se encontraban los jueces y el querellante y, después de haber puesto la mano en el pantalón de éste y haberse asegurado de que tenía dos testículos y no uno solo, recibir en las nalgas dos lapos del deshonrado.

Y eso fue lo que se hizo.

La sala comunal estaba llena de gente, se introducía sucesivamente a las jóvenes y después de haberlas obligado a colocar la mano en la base del pene, se les preguntaba: «¿Tiene dos testículos o sólo uno?». La joven no tenía más remedio que responder: «Tiene dos».

Después de lo cual era conducida hacia el jefe del tribunal que estaba sentado en un banco, con la espalda apoyada contra la pared, y dando la cara al público. Se le decía a la joven que se agachase y que pusiese su cabeza sobre las rodillas del juez. Al mismo tiempo se le levantaban las faldas por detrás, descubriendo, debido a la postura de la culpable, no sólo sus nalgas, sino también, entre aquéllas, sus «encantos»
Observando la concurrencia una variedad de culos entre los que se destacaron manka siki (culo ancho), yana siki (culo negro); tinya siki (culo hermoso); q'illi siki (culo sucio) y en  mayor cantidad  tullu siki (culo flaco)


El culo, además, estaba dirigido hacia el público. Entonces el joven calumniado aplicaba sobre las redondeces dos sonoros azotes. 

5 comentarios:

  1. Me has hecho recordar a un chaval que había en el pueblo de mi abuela del que se decía que tenía tres ¿qué hubiera hecho el tribunal?

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  2. Muy terrible dictamen. Agradable para él, pero terrible. Para escruchar con el #NIUNAMENOS.
    Saludos.

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  3. La justicia... puede que incluso despues de dar esos azotes se sienta bien, con la idea clara de haberse hecho junticia.... no se yo...

    Besos !! :)

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  4. ..y eso de oídos sordos a palabras necias????

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  5. Toda la gente de la sala comunal ha disfrutado del mejor cine X sin pagar la entrada. No sabe ese joven en qué lío se ha metido. Ha unido a más de veinte mujeres que van a hacer causa común. La venganza se sirve en plato frío.

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