— ¿Qué opinas de ella?
— ¿De quién?
—De su esposa. ¿Crees que lo
sabe?
—No lo sé.
Y al ver que él no replica nada
—Yo, en su lugar, estoy segura de
que lo sabría. Pero él asegura que le interesan más los niños que él. A veces,
intento convencerme de que quizás en el fondo se alegre de no tener que
preocuparse por él. Me refiero a preocuparse de que sea feliz.
—Eso es lo que a ti te gustaría...
—Es posible. En todo caso, francamente,
creo que la respuesta es no. No pienso en ella y no me siento culpable. Tal vez
porque no creo que lo nuestro hubiera sucedido si fueran felices... o si
conectaran de verdad.
—Las mujeres tienen una
concepción tan errónea de los hombres.
— ¿Crees que es feliz con ella?
—No tengo ni idea. Sencillamente,
no creo que necesite ser infeliz con su esposa para coger contigo.
La clara linea entre amor y sexo, no es necesario ser infeliz para desear a otras, creo que es la base de la mente masculica y que las mujeres luchamos para cambiarla...
ResponderEliminarBesos
....cada cabeza es un mundo!
ResponderEliminar:DDD
No hay como buscarse excusas...
ResponderEliminarUn beso
Cómo nos engañamos...
ResponderEliminarCada uno pinta la fiesta como mejor le viene.
ResponderEliminarPero cada persona un mundo.
Besos
Comparto 100% con ese final.
ResponderEliminarSaludos.
La frase final, chapó
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