-¿Es usted casado?
-No
-Yo tampoco
Y, observando que Gabriel no
respondió nada, prosiguió.
-Es difícil encontrar en estos
tiempos un hombre dispuesto a casarse. Los robots lo han invadido todo en el
mundo. Incluso el terreno del amor. La mayoría de los hombres prefieren comprar
un robot a adquirir una esposa. ¿Para qué casarse, dicen? Un robot cumple las
mismas funciones. Además, se amortiza fácilmente, no existen con él las cargas
de los hijos, siempre se tiene joven y bien dispuesto, y cuando se aburre puede
cambiarlo por otro modelo. Es mucho más rentable.
Suspiró.
-Ya lo ve. Tengo veintiocho años.
Y todavía no he hallado ningún hombre que quiera hacerme su esposa. Claro que
hay algunos –que de todos modos prefieren una mujer a un robot, y se casan.
Además, existen los Favores Estatales en pro del matrimonio: hay que asegurar
la descendencia. Pero esto no resuelve nada, sólo es una minoría. Para el
hombre el problema siempre está resuelto. Pero quedan las mujeres.
-Tal vez algún día se instalen
servicios de Rob-amor para las mujeres.
Ella se echó a reír
nerviosamente.
-No mencione imposibles. Se
consideraría una degradación, una lacra social. Para la mujer, el único camino
es el matrimonio. ¿Qué otra solución hay?
-La creación de robots maridos. O
quedarse soltera.
-No se burle.
-No me burlo. La mecanización
progresiva del mundo aún no ha terminado. Hace sólo un año que se instaló el
primer servicio de Rob-amor. ¿Por qué dentro de poco no se puede instalar un
nuevo servicio, pero en la parte contraria? Tal vez casas de Rob-amor para
mujeres no tuvieran éxito, pero si un hombre puede adquirir un robot como
esposa, ¿por qué no puede hacer lo mismo una mujer? Es algo de pura lógica.
-No, no lo es. Es completamente
distinto. La psicología humana es así.
Gabriel asintió lentamente.
-Tal vez tenga razón. Tal vez sea
yo mismo quien no acaba de comprender la psicología humana. Pero estoy seguro
de que lo que digo no tardará en intentarse. La mecanización de la humanidad no
puede detenerse. No se detendrá hasta que haya convertido al hombre en una
máquina más.
Siguió un ligero silencio.
Gabriel vio el perfil del rostro de la muchacha, sus cejas, sus finos labios...
Se puso en el nivel de un ser humano, y se dijo que a pesar de todo era bonita.
-Pero usted es bonita -tradujo
sus pensamientos en palabras-. No le será difícil encontrar un hombre que
llegue a enamorarse de usted.
Ella rió secamente.
-¿Lo cree usted así? En la Tierra
tal vez no hubiera desechado del todo sus palabras. Pero aquí no. En la Luna es
más difícil hallar marido. Existen diversos grados de habitantes, diversas
categorías según su formación física, es decir, según el tiempo que hayan
permanecido en el satélite. Existe la categoría de los gigantes, de los
medianos y de los enanos. Y dentro de cada una de ellas, multitud de variaciones.
Es difícil que un gigante llegue a casarse con una enana, o viceversa. Y lo
mismo puede decirse con los medianos. Con lo que las probabilidades se limitan
a un tercio de las que hay en la Tierra.
-Por supuesto.
Helena se volvió hacia él.
-Y sin embargo -dijo-, yo tengo
ventajas. Soy enana. Podría pasar por una terrestre cualquiera. No soy mucho
más alta que usted. Podría pasar por una de ellas, ¿no le parece?
-Por supuesto. Pero eso sigue
limitando- sus posibilidades. Usted misma lo ha reconocido.
-Sí, claro. No creo que ningún
gigante quiera casarse conmigo. Tal vez algún mediano, aunque es difícil. Pero
tengo en mi favor el que podría casarme sin desventaja con cualquier terrestre.
¿No le parece?
Gabriel volvió la cara hacia
ella. Y vio el brillo de sus ojos.
-Con tal de que el terrestre
también quisiera casarse con usted.
-De acuerdo. Pero en las actuales
circunstancias tengo una ventaja a mi favor. Hay muchos terrestres como usted
en la Luna. Y si vienen dificultades, muchos de ellos querrán vincularse en
algo con los selenitas. Y este algo puede ser el matrimonio. No escogerán como
mujer a una gigante, ni siquiera a una mediana. Pero las enanas, como yo,
tendremos posibilidades. ¿No le parece?
Gabriel no contestó. Comprendía
la argumentación de la mujer. Y veía todo lo que se ocultaba tras ella. Toda la
tristeza, toda la amargura y todo el desengaño que había tras aquellas palabras
de apariencia intrascendente, dichas casi como si fueran un comentario.
Ella debió comprenderlo así.
Lentamente, la sonrisa fue brotando de sus labios. Reclinó de nuevo su espalda
en el respaldo del sillón.
-Perdone -murmuró-. Estoy
diciendo muchas tonterías.
-No; no dice
ninguna tontería. Sus palabras son las palabras de muchas mujeres de la Tierra.
Y sus sentimientos también son los mismos. Realmente, el Rob-amor ha causado
muchas complicaciones.
Observó su reloj, y se levantó.
-Perdóneme -dijo-, pero he de ir
a preparar mi equipaje. Si no nos
volvemos a ver antes del aterrizaje, allí podrá encontrarme siempre que lo
desee. Tendré mucho gusto en volver a hablar con usted de nuevo. Adiós.
La mujer lo vio marcharse, con
paso firme y elástico, en dirección a su camarote. Sus ojos fueron siguiendo su
figura mientras se alejaba del salón.
Había sido una estúpida, se dijo.
No había sabido comportarse como hubiera debido. Y lo había echado todo a
rodar. Pulsó el botón que detenía el movimiento del sillón vibratorio, y en el
mismo gesto se recriminó a sí misma. ¡Estúpida! ¡Estúpida!
Y de pronto recordó las palabras
de Gabriel. Cerró los ojos, y las evocó nuevamente.
No, se dijo; en el fondo no era
una estúpida. Era tan sólo una mujer. Una mujer en un mundo en el que lo único
que existían verdaderamente eran máquinas. Las eficientes y odiosas máquinas...
Ser mujer nada fácil
ResponderEliminary muy difícil de entender....
abrazos con sabor a mar
Me ha parecido una mezcla entre Yo Robot de Asimov y Un Mundo Feliz de Aldous Huxley.
ResponderEliminarTanto soñar con la luna...mejor nos quedamos aquí.
Besos
De broma lo escribes, prero lo mismo algún día se hace realidad.
ResponderEliminarQué genialidad para reflexionar. Un robot para el sexo sería una buena solución para las relaciones amorosas y para los problemas de la superpoblación y la violencia dw género.
ResponderEliminarSaludos.
Ahora nos reimos pero cualquier día.... veras :)
ResponderEliminarBesitos !!