lunes, 8 de mayo de 2017

954: Catalina

Me miró fijamente. Era una chica bastante lista. Tenía diecinueve años, dos más que yo. Estaba en el segundo curso de la Facultad de Economía y yo en el último de bachillerato. Siempre había sido una «calentona» desde que llegamos a esta casa. El año pasado, después de remangarse la falda casi por encima del ombligo cuando subía tras ella por las gradas, dio media vuelta y me sonrió.
— ¿Te gusta este chumino de pelo negro y rizado?
Casi me caí. No podía creer lo que acababa de oír. Eso ocurrió el año pasado, cuando yo tenía solo dieciséis años, y lo único que había hecho hasta entonces era masturbarme constantemente.
—Estás muy crecido para tu edad. Quiero estar contigo. Creo que la tienes grande, Luiz. ¿Cuándo podemos empezar a practicar?
Me dejó atónito y la miré fijamente.
— ¿Cómo sabes mi nombre?
—Me llamo Katty, pronto descubrirás que sé todo lo que sucede en esta casa. Mi padre es el propietario.
Vivía un piso debajo del nuestro, y antes de que yo pudiera decir otra palabra entró en su casa. Al cabo de un momento se abrió la puerta de su piso y asomó la cabeza.
—No olvides conseguir condones, no tengo intención de quedar embarazada.

8 comentarios:

  1. Siempre es importante saber qué es lo que se quiere y qué no. Como lo hace ella.

    Saludos,

    J.

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  2. Katy va directo al grano y sin vueltas...
    Besos, Chaly.

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  3. Sabe lo que quiere y lo que no también!

    Besos =)))

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  4. El camino más corto entre dos puntos es la línea recta. ¿Para qué dar rodeos?
    Un abrazo.

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  5. Las chicas de diecinueve años no discriminan ninguna edad a la hora de pasarlo bien.
    Saludos.

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  6. La Katty va de tiro hecho. Tiene las ideas bien claritas... en fin a Luiz que queda poco para estrenarse.

    Besos !!

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  7. Teniendo las cosas claras la mitad del camino ya está recorrido.

    Besos

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