––Y bien, ¿qué te parece?
––No le conozco.
––Pero no hace falta conocer a un hombre para decir lo que le parece.
––A mí, sí.
––Pero lo que se ve, lo que está a la vista...
––Ni de eso puedo juzgar sin conocerle.
–– ¿Es que no tienes ojos en la cara?
––Acaso no los tenga así...; ya sabes que soy corta de vista.
–– ¡Pretextos! Pues mira, chica, es un guapo mozo.
––Así parece.
––Y simpático.
––Con que te lo sea a ti, basta.
––Pero ¿es que crees que le he dicho ya que sí?
––Sé que se lo dirás al cabo, y basta.
––No importa; hay que hacerle esperar y hasta rabiar un poco...
–– ¿Para qué?
––Hay que hacerse valer.
––Así no te haces valer y ese coqueteo es cosa muy fea.
––De modo que tú...
––A mí no se me ha dirigido.
–– ¿Y si se hubiera dirigido a ti?
––No sirve preguntar cosas sin sustancia.
––Pero tú, si a ti se te dirige, ¿qué le habrías contestado?
––Yo no he dicho que me parece un guapo mozo y que es simpático, y por eso me habría puesto a estudiarle...
––Y entretanto si iba a otra...
––Es lo más probable.
––Y bien, ¿qué le digo?
–– ¡Dile que sí!
––Pero pensará que soy demasiado fácil...
–– ¡Entonces dile que no!
––Pero es que...
––Sí, que te parece un guapo mozo y simpático. Dile, pues, que sí y no andes con más coqueterías, que eso es feo. Dile que sí. Después de todo, no es fácil que se te presente mejor partido...
––Yo no he hablado de eso.
––Pero yo hablo de ello y es igual.
–– ¿Y no dirán, que tengo ganas?
––Y dirán bien.
–– ¿Otra vez?
––Y ciento. Tienes ganas y es natural que las tengas.
–– ¡Burlas! No
––Ya sabes que yo no me burlo. Parezcan bien o mal, nuestra meta es el matrimonio.
–– ¿Y tú?
–– ¿Cómo yo?
––Que tú, luego...
––A mí déjame.
Demasiado complicado para mí...
ResponderEliminarHoy prefiero y de lejos abandonarme a unos labios sencillos, que cuando me dicen voy, vienen... y...
Saludito, Chaly.
¡Cielos! Que complicadas hacemos a veces los seres humanos nuestras relaciones.
ResponderEliminarUn abrazo, Chaly.
Diálogo para besugos...
ResponderEliminarPues es una conversación muy de tiempos de nuestras abuelas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este diálogo me ha recordado mucho al Sí de las niñas...aunque más maduro y sincero.
ResponderEliminarUn beso
Creo que las muchachas y las mujeres de hoy, o de por acá, no se andan con chiquitas. Así que luego tenemos tantas desavenencias y cambiamos de hombres o de mujeres como de zapatos. Hace años eso no pasaba pero era porque las mujeres no tenían posibilidad de escapar del matrimonio. Hoy pueden y lo hacen. Así que las relaciones que hoy duran deben ser muy buenas y asentadas y, las que había antes, quizás fuesen más duraderas pero no siempre buenas.
ResponderEliminarSaludos.