jueves, 14 de abril de 2016

599: el reencuentro

Desesperada porque aquella horrible angustia aun seguía en mi pecho, me eche a correr, no sabía a donde, no me importaba que la gente que iba andando con su paraguas me mirara como si fuera una loca, no me importaba llevar más que una camiseta, que a consecuencia del largo rato expuesta directamente bajo la lluvia, se adhería a mi cuerpo como una segunda piel, no me importaba nada en absoluto, solo quería y necesitaba recuperarlo, pero en mi "huida" de la realidad note como una mano se aferraba a mi hombro, dura como una piedra detuvo en el acto mi carrera. Me gire para enfrentarme cara a cara al extraño
- ¡Lara! te estas empapando, ¿qué haces?
- ¡Hugo!no sabes lo que me ha pasado, es horrible, horrible!
Puede que fuera el ver una cara amiga o que el contacto de mi pequeño cuerpo contra el suyo fuerte y poderoso me inundara de una cordura momentánea
- Me estoy empapando!, sácame de aquí, por favor
Le mire suplicante a los ojos, ya que de repente cobre conciencia de que la gente se paraba en seco a mirarme por mi falta de ropa y porque a consecuencia de llevar media hora deambulando bajo la lluvia estaba tan empapada que parecía que me había caído a una piscina
- Te ha pasado algo con Jorge?- me pregunto conduciéndome a un portal, que resultó ser el suyo (en mi carrera no me había fijado en nada)
- Me ha dejado! me ha dicho que necesita estar solo, que aún es joven para pasar el resto de su vida con una única mujer
Volví a llorar desconsoladamente, aun no había hablado con nadie, y decirlo lo hacía todo aun peor
- No llores más, venga vamos a subir a que te cambies o te va a dar una pulmonía
Me condujo hasta la puerta del ascensor, ya que yo no era capaz de llegar por mí misma, porque mis ojos llenos de lágrimas eran incapaces de ver más allá de un palmo. Entramos en aquel piso que yo había conocido tan bien y fue a toda prisa a por algo de ropa seca, yo ni siquiera me moví del recibidor en lo que el tardo en volver porque estaba en shock.
- Mira, he encontrado un pijama tuyo que todavía estaba aquí
Me alargo la mano en la que traía una camiseta muy ancha y unos pantalones muy cortitos
- Vaya, ¿cómo que aun esta esto aquí? creí que ya te habrías desecho de todas mis cosas, y más porque Maria...
- Maria me dejo hace unas semanas, se acabó definitivamente.
- Vaya, lo.... siento
- Bueno, no, no lo sientas, es lo mejor, pero vamos a ver, ¿a ti que te ha pasado?
Le conté por encima lo sucedido, no me entretuve en detalles por respeto a él
- Bueno, la verdad es que me sorprende que hayáis durado.....cuánto tres años?
- Cuatro
- ¡A si, como iba a olvidarle! pero bueno, eso es agua pasada ¿no? voy a prepararte un café muy caliente anda.....
Me entrego la taza humeante, y después del primer sorbo se me dibujo una sonrisa en la cara
- Que pasa?
- Nada, que me hace gracia que en cuatro años Jorge nunca ha sabido cómo prepararme un café a mi gusto, y tú en cuatro años no lo has olvidado
- Bueno, hay cosas que no se olvidan ¿no? además, yo me tire seis años preparándote el café
- Que exagerado eres!! me preparabas café los dos últimos años, cuando me vine a vivir contigo, además, hasta los veinte yo fui de ocasión- aun me encontraba fatal, pero no podía evitar bromear, tenía ese extraño poder sobre mi desde el mismo día en que nos conocimos
- Oye, estas preciosa
Yo había olvidado esa mirada y esos ojos, pero ahora que lo miraba detenidamente podía ver cuánto había cambiado, ahora ya era un hombre, no era el muchacho de veinticinco años que yo había dejado tirado de un día para otro
- Tu también estas genial, ¿cuánto hacia que no nos veíamos?
Y de repente pensé algo que me hizo sentirme aun peor, ¿cómo se habría sentido el cuándo yo le deje? ¿Acaso me diferenciaba en algo de Jorge? no, salvo que en todo caso yo había sido mucho más mala, porque lo abandone, sin pensar en sus sentimientos.. nuevas lagrimas volvían a correr por mis mejillas
- Hacia ya casi dos años, pero cuando te he visto corriendo he sabido que eras tú instantáneamente, primero porque no hay nadie tan loca como para ir corriendo por media ciudad medio desnuda y con la lluvia que está cayendo, y segundo, porque aun mojado tu pelo es inconfundible
Yo, no le escuchaba, solo pensaba en lo horrible que tuvo que ser para el aceptar que le había abandonado, "le he tenido que hacer más daño del que le haya hecho nadie en su vida" pensaba una y otra vez, y cuando ya no pude aguantar más me lance a su cuello llorando como una niña pequeña
- Lo siento tanto, ahora imagino como te debiste de sentir, lo siento!
- Oye pequeña (siempre me había llamado así) eso ya no tiene importancia, solo importa que estés bien, es lo único que me ha importado siempre, y cuando me dijiste que estabas enamorada de Jorge, si te digo que no me dolió te estaría mintiendo, pero cuando lo pensé fríamente me di cuenta de que lo más importante es que tu estuvieras con quien te fuera a hacer feliz....pero él tampoco ha sabido hacerlo ¿eh?
Levanto mi cara cogiéndome por la barbilla hasta que nuestros ojos estuvieron a la misma altura

11 comentarios:

  1. Llego aquí desde "aljardindete" y me ha encantado el relato. Con tu permiso me quedaré un ratito. Saludos.

    ResponderEliminar

  2. Qué relato tan más... Kármico.

    Beso.

    ResponderEliminar
  3. Hoy te salió la vena romántica.
    Buen relato.

    ResponderEliminar
  4. Oh me ha parecido muy tierno, ese querer que ella estuviera bien por encima de todo. Dulce. ¿Por qué será qué no se ve el dolor que se causa más que cuando uno lo recibe?

    ResponderEliminar
  5. Oh me ha parecido muy tierno, ese querer que ella estuviera bien por encima de todo. Dulce. ¿Por qué será qué no se ve el dolor que se causa más que cuando uno lo recibe?

    ResponderEliminar
  6. Donde hubo fuego siempre quedan las brasas y todo pasa por algo ... mejor que sea bueno
    feliz noche :-)

    ResponderEliminar


  7. Y es que hay personas que merecen nuestra espera, mientras que con otras, lo mejor es salir corriendo...
    ;)
    Bss, Chaly.

    ResponderEliminar